Por Juan Alberto Yaria (*)
“…el hijo parece sobrar en este mercado así como el viejo”. Zygmunt Baumann.
Me voy a referir a una gran preocupación social que es la población no atendida en función de las urgencias sanitarias derivadas del Covid-19.
No solo es la provisión de comidas que en muchos lugares ha aumentado por parte de los municipios o de los Estados Provinciales o de Nación (San Miguel subió 9 veces en relación a Marzo-Junio en los comedores comunitarios, de 2000 raciones diarias a 19.000) ni las dificultades para atender adicciones severas en centros públicos y privados estando los pacientes vagando por las calles mientras aumenta el consumo (leamos las últimas Pastorales o los documentos de las organizaciones de Padres). Me referiré al papel salvífico de la vida escolar para los estudiantes primarios secundarios y que hoy se encuentra ausente.
En educación ya venimos con un hándicap negativo desde hace varios años. En el ránking de 79 países de las llamadas pruebas PISA, China lidera en todos los puestos y la Argentina está en el puesto 71 en Matemáticas (uno de los últimos), 63 en Lectura y 65 en Ciencias. Estos son datos del 2018.
En el distrito de San Miguel solo el 61% de los alumnos contestó los deberes escolares (informes del ex Intendente J.de la Torre). El 39% no lo hizo. Mientras tanto aquellos que contestaron en una segunda oportunidad más de la mitad no contestó. En distritos más críticos del conurbano esto es más evidente.
En el COVID las escuelas de nuestro país han perdido aún más relevancia. Luego de años de huelgas y de experimentos pedagógicos en donde la exigencia educativa se ha relajado notablemente el “parate” actual parece no haber sido resuelto por las clases virtuales. Podrìa ser en muchos institutos educativos otro año más perdido o sea con mayor cantidad de analfabetos funcionales con grandes dificultades de comprensión de la realidad y de los textos.
Muchos de los estudiantes primarios y secundarios no tienen computadoras o hay una sola en la casa o la conexión de internet es débil o inexistente.
Además, la pantalla no suplanta el vinculo con el docente, los compañeros y con todo el núcleo de amistades que se dan en el ambiente escolar. Para muchos chicos la escuela es la única experiencia de libertad que encuentran ya que viven en grupos en donde la violencia o la negligencia del descuido son evidentes (los estudios del AMBA son claros en este aspecto como hemos mostrado en otras notas).
Los maestros son sustitutos validos de figuras paternas o maternas ejemplificadoras e incluso son un ideal identificatorio frente a padres ausentes o con dificultades de comunicación y de rechazo afectivo.
Freud llego a decir en su magnífico texto “La psicología del colegial” que el maestro o profesor es una figura emblemática. Nuestra relación decía era profundamente ambivalente “…los amábamos entrañablemente pero también teníamos animosidad frente a ellos”.
Los compañeros eran un sustituto de los hermanos. Es la primera independencia de un núcleo como lo es el familiar y por ende es la entrada en el mundo. Pero la escuela trasciende este modelo afectivo-identificatorio clave para el resto de nuestra vida. Es organización, limites, transmisión de valores y vínculo con el otro.
Todo esto no lo da la pantalla virtual. La escuela trasciende el deber resuelto o la tarea concluida ya que es un organizador de la vida en sociedad y un estímulo a la amistad y al compañerismo.
Este parece ser el gran dolor de hoy. Esto se agranda en los chicos con trastornos de aprendizaje que necesitan un apoyo especial y muchos no pueden hacer casi nada.
Desde el 19 de marzo todo cambió ya que la atención “on line” es muy limitada y no tiene los mismos efectos que el contacto humano. A esto hay que agregarle las consecuencias del aislamiento social , los chicos no entienden del “virus” y quieren estar con sus compañeros y las tele-llamadas no suplantan el contacto piel a piel.
En muchos casos la virtualidad se ha transformado en una adicción a los video-juegos y a la “play station” que parece reemplazar negativamente a lo que vive el chico con sus compañeros en los recreos y en las amistades que establecen.
La escuela en cuarentena desnuda un sistema escolar y social montado en la desigualdad en donde la virtualidad trajo como consecuencia la visibilidad de la desigualdad.
Lo positivo -cuando se puede dar -es que lo padres se involucran en la escolaridad de sus hijos. Pero hay una gran des-familiarizaciòn en la sociedad argentina (especialmente en el AMBA) y es este otro factor de desigualdad.
Muchos padres no se encuentran preparados para acompañar el proceso de aprendizaje del hijo, en otros casos se observan familias muy disfuncionales o padres que han perdido sus trabajos o peligra el mismo.
Entre los padres sin conectividad ni acceso para conectarse a clases virtuales menos de la mitad cuenta con un miembro del hogar con educación secundaria y solamente el 12% tiene educación media.
Hay dos capitales en crisis en esta época del COVID y la educación: a. el capital físico con conectividad baja o inexistente y con la disponibilidad o no de computadoras; b. el capital humano déficit de la educación de los padres.
No olvidemos que la escuela instruye y la familia educa. En nuestro país se ha trasladado a la escuela la función educativa -en muchos casos- y la escuela -últimamente – incluso ha desertado de su papel de instrucción y por ende de educación delegada por los padres.
Además, muchos alumnos no pueden seguir los requisitos de la educación virtual generándose una brecha educativa entre los alumnos que si la pueden seguir (habitualmente vienen de entornos más estables sociales y familiares).
Necesitamos un gran esfuerzo hacia la familiarización y la escolarización
La crisis no solo se expresa en la falta de trabajo sino en la escasez de medios de socialización y educación iniciales.
En el AMBA el Secundario incompleto es alto y el Primario Completo llega al 27%.
Las condiciones de vida de los jóvenes de barrios informales del conurbano bonaerense se encuentran muy deterioradas. La mitad de estos jóvenes viven en hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (50,7%) y bajo la línea de pobreza (50,6%).
Estas condiciones se agudizan entre las mujeres, especialmente aquellas que tienen responsabilidades familiares y las que no se encuentran ocupadas y no asisten a establecimiento educativo. En lo que respecta al tipo de hogar, solamente un tercio de los jóvenes (33,6%) vive en un hogar nuclear biparental.
Las mujeres son quienes tienden en mayor medida a residir en otro tipo de hogares. A su vez, el 36,1% de los jóvenes tuvo algún problema grave durante su infancia y/o adolescencia, y el 29,5% algún problema moderado. El 7% de los jóvenes no posee redes de contención familiar, condición que se agudiza entre los varones que no estudian ni trabajan.
Estos jóvenes se encuentran en gran medida excluidos del sistema educativo formal, y ocupan un lugar subalterno en el mercado laboral. Solo 1 de cada 3 (35,2%) logró completar sus estudios secundarios, y solamente el 7,4% accedió a estudios terciarios o universitarios. Su situación ante el mercado laboral no es mejor: El 29,3% se encuentran inactivos.
La mitad de los jóvenes (49,9%) fumó alguna vez en la vida, y el 40,1% fumó durante el último mes. El 57,4% consumió alcohol durante el último mes. Más de un tercio de ellos (35,6%) lo hizo con una alta frecuencia (varias veces por semana). El 11,3% muestra síntomas de consumo problemático.
Los varones son mucho más proclives al consumo de drogas que las mujeres, especialmente aquellos que no completaron sus estudios secundarios, quienes no estudian ni trabajan y los que tienen responsabilidades familiares.
La droga ilegal más consumida es la marihuana, prácticamente coincidiendo con el consumo de drogas en general (41,7% probó alguna vez, 27,3% consumió durante el último año y 21,4% en el último mes).
En cuanto a la pertenencia socio- residencial, es consumida de forma homogénea sin importar el grado de precariedad residencial. Los varones muestran una mayor prevalencia de consumo que las mujeres, especialmente los que no completaron sus estudios secundarios y los que no estudian y no trabajan.
Entre quienes consumieron drogas ilegales alguna vez, el 32,7% tiene un consumo intensivo de marihuana, 16,3% consume regularmente y 46,5% solo de forma ocasional o experimental. El 17% de los jóvenes probó cocaína alguna vez, el 10,1% consumió durante el último año y el 6,1% en el último mes. Su consumo se incrementa notablemente entre los varones, especialmente quienes no estudian ni se encuentran ocupados. El 8% de los jóvenes que probaron drogas realizan un consumo intensivo de cocaína, 5,9% lo hacen de forma regular, y 24,9% lo han hecho ocasionalmente.
El gasto promedio en drogas para una semana de referencia fue de $326,5, incrementándose en gran medida entre los jóvenes que durante el último mes consumieron Cocaína ($777,2) y Paco ($517,5).
El capital humano y social e institucional de los pueblos es la cantidad de familias validas, de escuelas que instruyan y evalúen y de poblaciones alejadas del consumo de drogas y alcohol con oportunidades laborales legales. Esa es una de nuestras luchas y por ello la rehabilitación de la vida escolar parece ser clave.
Panorama educativo universal
Por la pandemia de COVID más de 1.300 millones de niños se quedaron sin escuela (UNICEF). En el ranking, de los 79 países y economías evaluados por la OCDE, el país ocupa el puesto 63 en Lectura, el 71 en Matemática y el 65 en Ciencias.
Varios países ya han reaccionado China, gran parte de Corea del Sur, Alemania, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Francia han empezado a tomar medidas de seguridad para que sus alumnos puedan volver a las clases: los niños se lavan las manos cada 2 horas, dos veces al día desinfectan los materiales comunes y los puntos de contacto con canillas, inodoros, mesas, barandas. Los horarios de entrada son escalonados. Las clases se han dividido en grupos más pequeños.
(*) Director general GRADIVA – Rehabilitación en adicciones.